OIHANKIDE 12 URTE/AÑOS
"La ciudad vivida, lo que
podríamos denominar en termino neounamaniano “intraciudad”, se vertebra sobre
“usos y costumbres”… La fiesta es un
momento especialmente significativo en el que la colectividad vive más
intensamente, un tiempo en el que se realizan múltiples actividades, desde el
arte y el deporte hasta la gastronomía pasando por el consumo de alcohol y
otras drogas. Pero la fiesta no equivale a esas actividades, sino que todo aquello se realiza con excusa
de la fiesta. El tiempo festivo hace perder a todas las disciplinas su autonomía
y su sentido habitual: en el tiempo festivo todo trabaja por y para la fiesta."
"La fiesta es, por su propia
naturaleza una actividad comunitaria, una fiesta individual carece de sentido.
Siguiendo a Durkheim sostendremos que la fiesta aparece cuando el individuo
pasa a un segundo plano y es la comunidad la que se expresa: la fiesta es la auto
celebración de la comunidad. Pero, si la fiesta es por definición “fiesta de
todos”, los problemas aparecen desde el momento en que tratamos de acotar ese
“todos”. Por su parte y según el relato sociológico hegemónico, la ciudad es un
espacio de conflicto, de diferencia, donde la comunidad se rompe en una
asociación de individuos. Lo comunitario se atrinchera en el ámbito privado y
lo público es tomado por lo cívico, por la interacción entre individuos sujeta
a las leyes pactadas. La ciudad actual –llamémosla postmoderna- lleva ese
conflicto, esa complejidad de comunidades que coexisten, hasta extremos de
vértigo. Con todo ello, parecemos obligados a concluir que, en el contexto de
la ciudad, la fiesta se reduce a una serie de celebraciones privado-domesticas.
De este modo, la idea de una fiesta urbana, de una fiesta de toda la ciudad –que no simplemente para toda ciudad- resulta
utópica.
¿No es, por tanto, la ciudad
naturalmente antifestiva y la fiesta en la ciudad en residuo de lo aldeano, un
gueto pueblerino dentro del imperio de lo cívico? ¿No es esto lo deseable, la
convivencia cívica frente a la imposibilidad de una celebración comunitaria
global? Y es que, cuando pensamos en toda una ciudad o un país modernos auto
celebrándose festivamente en perfecta sintonía comunitaria, no dejan de
asaltarnos las siniestras imágenes históricas del nazismo, que construía esa
euforia identitaria desde la eliminación sistemática de un “otro” interno que permitía
completar la totalidad comunitaria: la eliminación del “otro” judío, del “otro”
deficiente físico y mental, del “otro” depravado intelectual, artístico,
político y moral y, a buen seguro, si la experiencia hubiera sido duradera, ese
otro sobrante se habría prolongado hasta eliminar a “todos”, como también
parecía apuntar el propio stalinismo.
Traduciendo toda esta reflexión
al tema que ocupa este libro, ¿no se planteó la noción de Euskal
Hiria, precisamente, como remedio frente a aquellos peligros? ¿No
es este panorama de sosiego cívico preferible a la barbarie sangrienta? Bien
vale acabar con las fiestas si el precio que hay que pagar por ellas es la
aniquilación del otro, podríamos pensar. Como vemos, el tema que aquí esbozamos
incide centralmente en el tema político y urbano del libro. En este artículo, y
a través de la diminuta cuestión de la fiesta urbana en Bilbao, queremos
replantear todo este debate fuera de la falsa dicotomía barbarie-civilización,
pueblo-ciudad, en la que se ha viciado este discurso de la Euskal Hiria tan
ingenuamente ilustrado, del que la filosofía lleva más de un siglo dudando y
advirtiendo críticamente.
El tema de la fiesta en la ciudad
es inaplazable pues, al contrario de lo que ocurrió, en el periodo histórico
que se dio llamar Modernidad, en el que la fiesta languideció e incluso se especuló
con el fin de un fenómeno tan inútil como irracional, nuestro tiempo, la
Postmodernidad, se caracteriza por el retorno de la fiesta en su forma más
desconcertante, el de la fiesta salvaje, la gran cacanal, la fiesta orgiástica:
la fiesta sin dios?..."
Bilbao mutante, ciudad ideología y fiesta.
Garikoitz Gamarra.
Andeka Larrea (Coord.) Euskal Hiria, reflexión sobre la ciudad y las ciudades vascas. Ex]- Bilbao 2012
La Lamia y El Gaueko
(Corales María del Rocío y Sacha Miró).
Buenos Aires, 13 de Mayo de 2020.
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