Año por medio, desde 1980, a excepción del tiempo pandémico, AEK organiza en Euskal Herria la Korrika. Cada una con un lema determinado y un mensaje que sólo es leído al terminarla. Esta vez fueron 2.792 kilómetros en 10 días, 24 horas, 4860 personas corrieron protegiendo el lekuko que guardaba el secreto. Pero muchísima más gente acompañó al eramaile. De 0 a 100 años, tipi-tapa tipi-tapa, a ritmo de cada una. Desde algunas ediciones atrás tenemos una forma de participar a 12000 kilómetros de distancia, aunque sea como espectadores por YouTube. Sumarnos a la korrika virtual significa calcular horarios para despertar más temprano porque pasa por determinado lugar, tener una arenga constante por 10 días acompañándote como radio cambiando las tareas rutinarias al llamado de GOAZEN! AURRERATU! O gastar buenos datos desde un colectivo volviendo del trabajo cuando se empiezan a ver las primeras bengalas de colores de la noche cuando acá apenas es la hora del mate de la tarde. Un recorrido
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